En la Ciudad de México y sus alrededores, tenemos algunos laberintos estéticamente admirables. Lugares maravillosos que nos llaman a pasearnos en el misterio.

LOS LABERINTOS MÁS ENIGMÁTICOS DE MÉXICO

Ciertamente, un laberinto (o un pasaje que parezca uno) nos ayuda a ejercitar la mente. Es uno de los ideogramas más antiguos y complejos de la humanidad, resolverlos será para cada psique un logro ambicioso por revelar lo que al final se encuentra. Un laberinto está presente en casi todos los rubros existenciales: tenemos un laberinto en el tiempo, uno en las palabras, en la imaginación, en el ciclo de la mortalidad que se vuelve inmortal y literalmente hasta en la naturaleza. Las mismas interrogantes primordiales del hombre son enigmáticos muros estrechos las cuales, paradójicamente, a mayor sabiduría mayor será la complejidad de su solución.

Jugar con un laberinto puede fungir también como una técnica de meditación y también por qué no, de sano entretenimiento. En la ciudad de México y sus alrededores, tenemos algunos cuantos estéticamente admirables, lugares maravillosos que nos llaman a pasear en el misterio.

Laberinto del Ajusco

Justo en la zona poniente de la Ciudad de México, en la carretera Picacho del Ajusco podemos avistar uno de los más hermosos que literalmente es una replica de un laberinto. Aunque pareciera un lugar turístico de dueños foráneos, el lugar es en sí propiedad mexicana en su totalidad. Su administrador, Erick Cadena, nos cuenta que la idea de este simbólico lugar apareció luego de que el historiador de Arte, Ignacio Figueroa regresara de un viaje por los confines ingleses (de ahí que la casa nos hace creer que estamos en algún sitio de Europa). El laberinto está inspirado en el jardín del Castillo de Hever de la Gran Bretaña, excepto que el nuestro se diseñó aún más grande. El lugar es 100% accesible para acampar, comer o disfrutar de un picnic con una botella de vino.

Laberinto de meditación en Malinalco

Como su nombre lo indica, se trata de un laberinto para ejercer la meditación. Localizado en las instalaciones del Centro Holístico Ollinyotl, en Malinalco, Estado de México a tan solo 98 km de la Ciudad de México. En este centro creen fielmente que los caminos en circulo como los que ofrece un laberinto, ayudan a desbloquear, armonizar y sanar a las personas. El costo de la entrada es de tan solo $20 pesos.

Laberinto de la Hacienda Panoaya

Alrededor de 60 hectáreas y  2000 metros de camino acoge este hermoso sitio ubicado en Amecameca, Estado de México, muy cerca del Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Su diseño es similar al de los laberintos que se construían en Inglaterra. El Costo varía entre los 40 y 139 pesos dependiendo las actividades externas al laberinto que quieras realizar.

Laberinto de los Sentidos

Diseñado por el prominente museógrafo mexicano Iker Larrauri, es el laberinto más grande de México, situado justamente en el jardín contemplativo más grande de México y del mundo, ubicado en Tequesquitengo, Morelos.

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